jueves, 22 de septiembre de 2011

Bosque de Buçaco

¿Sabias que entre  1730 y 1750 los monjes construyeron hasta once ermitas en estos bosque para vivir en ellas en completo aislamiento? En efecto, se trata de la Sierra de Buçaco que se encuentra en la parroquia de Luso, perteneciente al concelho de Mealhada, Portugal.
Esta región es la preferida por los turistas amantes de la naturaleza y es especialmente conocida porque en el siglo XVII los carmelitas descalzos fundaron allí el convento de Santa Cruz de Buçaco, plantando en todo el perímetro árboles de todo tipo que en la actualidad forman parte de sus bosques.
Y no fue hasta en el siglo XIX en que se construyó un palacio real y que fue convertido en un hotel y que es  considerado uno de los alojamientos más elegantes del mundo. Y como es naturaleza, nada mejor que una caminata por sus senderos que se elevan hasta  549 metros para llegar al mirador de  Alta Cruz, desde donde se contemplan unas espectaculares vistas hasta el océano Atlántico.



Archivo:Buçaco.JPG


¿Bosques encantados? Claro, esto es lo puede encontrar en la sierra de Bucaco, cuyo bosque se asemeja a un gran manto verde que sobresale en la parte montañosa de esta región de Luso. El bosque de Bucaco es un espacio natural protegido que acoge más de 700 especies arbóreas por el cual en vista de la lejanía a las ciudades y la calma existente, fue elegido como lugar de retiro para los monjes del sigloVI.
Si Ud logra conocer este lugar observará que existen una decena de ermitas, un convento y uno de los palacios más lujosos de Portugal.  Buçaco se encuentra a 194 kilómetros de la ciudad Rodrigo y sus bosques tienen una extensión de 105 hectáreas, donde se reúnen más de 400 especies autóctonas, entre las que destaca el eucalipto de Tasmania, de 1876, y unas 300 exóticas.

          Palácio do Bussaco (2).JPG

Uno de sus principales monumentos es el Palacio de Bucaco, de estilo neomanuelino (1888-1907) concebido como pabellón de caza y edificado por Luigi Manini. Te llamará la atención de sus murales y azulejos de importantes artistas. Se dice que Manuel II tuvo un encuentro amoroso con su amante, la actriz francesa Gaby Deslys.


Igualmente turístico es el Convento do Buçaco, antiguo monasterio del siglo XVIII de la Orden de los Carmelitas Descalzos , y que aquí sólo queda la capilla, el claustro y algunas celdas del monasterio , ya que el resto fue destruido por la intervención de Manini cuando se edificó el palacio.




Y si le gusta la caminata, puede ascender a la cima de una de las montañas, cuyo recorrido se llama La Vía Sacra y la Cruz Alta, que es un Vía Crucis construido a finales del siglo XVII en estilo barroco que compone de varias capillas desgranadas a lo largo del camino. Una vez en la cima, se llega al Miradouro da Cruz Alta (545 metros), el punto más alto del bosque, con una bella panorámica de sierras, ciudades y llanura costera.

  

"Buçaco me sorprendió por completo, porque no esperaba que fuera tan maravilloso, pero lo que más me llamó la atención de todo, con diferencia, fue el vía crucis que hay en el bosque. Yo no había oído hablar de él, y quizá por eso me quedé perpleja.
Se trata de veinte pequeñas capillas que se encuentran por el bosque de Buçaco y en cuyo interior están representadas las distintas estaciones del vía crucis mediante figuras modeladas a tamaño real. Las figuras son de barro y pueden llegar a asustar si no sabemos que se encuentran en estos lugares, que es lo que me pasó a mi. Yo de repente me asomé a una ventana de verjas que había en una pequeña capilla (es la única forma de poder verlo) y me encontré con varias esculturas de barro más grandes que yo y prefectamente elaboradas.
Para recorrer todo el vía crucis hay que andar tres kilómetros por el bosque, pero se hacen enseguida, ya que al encontrarse en un paraje tan sumamente bello, el tiempo pasa volando.
Junto a las veinte capilla que conforman el vía crucis, también nos podemos encontrar por el camino otras cuatro capillas, la de Santa maría magdalena, la de San Pedro, la de San Juan de la Cruz y la de San Antonio. Normalmente se encuentran cerradas, pero vale la pena contemplarlas aunque sea por fuera.
Durante el recorrido también nos podemos encontrar nueve de las once capillas que construyeron los monjes benedictinos entre los años 1730 y 1750. Las construyeron para poder vivir en ellas en aislamineto. El estado de conservación en el que se encuentran las nueve capillas (las otras dos desaparecieron por completo) es un poco malo, pero merece la pena contemplarlas e incluso entrar en su interior, que está vacío pero nos permite hacernos una idea de cómo vivían aislados los monjes."


Dirección de Interes: http://www.asterisco.com.pt/bucaco/














No hay comentarios: